Un Orgullo LGBTIQ+ en el paro nacional

Junio es el mes para conmemorar las luchas por los derechos de las diversidades sexo genéricas y este año coincidió en Ecuador con el paro nacional. Un contexto que detuvo las marchas de celebración del Orgullo en la mayoría de ciudades del país. Sin embargo, personas trans, lesbianas y marikas estuvimos en las calles, para defender nuestros derechos como todxs lxs manifestantes del paro.

Escribo esta columna en el mes del Orgullo LGBTIQ+, en medio de un paro nacional. Una movilización que convocó a comunidades indígenas, trabajadores, estudiantes y artistxs: una muestra de la diversidad de luchas sociales organizadas que resistimos a políticas neoliberales y también apuestas por un mundo donde haya menos (trans)feminicidios, donde no se nos nieguen empleos por nuestros géneros, o donde nuestros trabajos no sean ignorados. Algunxs personas trans y marikas también fuimos parte de esta gran movilización.

En Ecuador, como en la mayoría de países debido a la pandemia del Covid19, durante dos años no se pudo hacer movilizaciones presenciales por el Día del Orgullo. Después del tiempo de cuarentena y distanciamiento, en 2022 se convocaron a marchas en 14 ciudades diferentes. Con el avance de los días de junio, debido al paro nacional, las marchas tuvieron que ser suspendidas en 7 ciudades, según la información compartida en redes sociales.

Toda esta movilización social en un contexto de conmemoración de las luchas marikas recuerda, inevitablemente, a esas protestas de personas trans y marikas que lograron despenalizar en distintos países la homosexualidad. Entre esos países, Ecuador, en 1997. Quienes salieron a las calles fueron mujeres trans y marikas. La lucha ha estado en la calle siempre. Al paro nacional nos sumamos muchas.

Bloque de Mujeres y Disidencias en el día 16 del paro nacional al sur de Quito. | ESTEFANÍA MONTENEGRO @huellaluminosa

Cuando salgo a las marchas, voy con mi grupo de amigxs, somos las mujeres en el mundo marika y el ala marika de las luchas sociales. Nos unimos al bloque de mujeres y disidencias, como nos hemos autodenominado en diferentes ciudades. Amigxs, compañerxs que ponen la cuerpx, la cula y mucho de sus vidas para que los derechos de todas sean menos vulnerados.

En este bloque somos mujeres organizadas, feministas y no feministas, y casi, sin duda, todas trans incluyentes, porque veo mujeres trans, hombres trans y no binarixs ser parte de la grupa.

Para el día 12 de paro nacional en Ecuador, el movimiento indígena organizó la Asamblea de los Pueblos en la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE). Un espacio que había sido tomado en días anteriores por los policías y que, por presión social, se retiraron.

Las asambleas de los pueblos se han realizado en este lugar en distintas ocasiones; el parque El Arbolito, que está junto a la CCE, es un espacio que históricamente se toma por parte de manifestantes en las movilizaciones nacionales.

En este parlamento se debatió el futuro del paro y propuestas de todos los sectores que se unieron a las movilizaciones. La invitación llegó al bloque de mujeres y disidencias.

Por primera vez, una mujer trans se paró al frente de manifestantes y representantes de colectivos indígenas y sociales. Se trató de Devy Grijalva. Enérgica, dijo que “las disidencias sexuales nos hacemos presentes para decirles que también somos pueblo y nuestras demandas, existencias y necesidades también tienen que ser escuchadas”.

Devy habló de cómo las luchas de las mujeres y disidencias se construyen desde la libertad y la soberanía de nuestros cuerpos. El movimiento trans ha tenido una fuerte alianza en diferentes momentos con las mujeres y los grupos feministas. Así fue evidente en 2016 cuando diferentes grupos trans, apoyados por mujeres, consiguieron la reforma de Ley de Identidad y Datos Civiles, que reconoce el cambio de género para personas trans en los documentos de identidad. Una alianza transfeminista que empezó en 2002 con Proyecto Transgénero.

Devy Grijalva y Marcel, parte de TransAmblea y el bloque de Mujeres y Marikas, en la Asamblea de los Pueblos. | RUNA SANABRIA

También se pudo ver esta alianza entre mujeres y personas trans en 2021 con la participación en el Diálogo Nacional Disidente por Aborto por Violación. Un grupo de personas trans y otras disidencias que incluyeron sus voces en el debate para la Ley de interrupción voluntaria del embarazo en casos de violación. El papel de las personas trans y marikas no sólo ha consistido en hacer un documento o firmar algo, sino crear espacios de debate, movilizarse en la calle, o generar procesos de incidencia social que se ha sostenido por mucho tiempo.

En gran medida estos aportes no se replican en los discursos de “las mayorías”. Mujeres y disidencias están insistiendo y sosteniendo sus demandas. Nadie se cansa, decimos en las marchas, por los transfemicidios, por la violencia doméstica, por la violencia laboral, por el acoso, que son factores importantes para el bienestar de las habitantes de cualquier país. 

Asimismo, las personas trans han escalado sus demandas desde la cuestión básica de no ser considerados criminales por orientación sexual o identidad de género. Actualmente, se habla de cuerpos de los que poco se hablaba a principios del siglo, hombres trans o infancias trans, y son necesarias de mencionar para que no se las olvide.

Trabajadoras sexuales han tenido acercamientos con organizaciones, Policía e instituciones del Estado y estos diálogos han fortalecido su lucha hasta crear sindicatos u organizaciones. Diferentes grupos y organizaciones han comenzado a hablar del cupo laboral trans y hoy hay dos propuestas para la inclusión laboral de personas trans en la Asamblea.

Las personas trans han sido parte de demandas que se sostienen con el tiempo y esfuerzo de colectividades diversas. Ahora, se retoma la propuesta de “género para todes” (para personas cis y trans) y el reconocimiento del género no binario.

Además, las luchas trans también han estado involucradas en temas de educación, salud, movilidad humana, comunicación o arte.

¿Qué tanto, de todo el trabajo que trans, mujeres y marikas hemos puesto a la lucha social se menciona en discursos públicos? Casi no veo a estudiantes o sindicalistas mencionando la resistencia trans o de mujeres organizadas en sus marchas o conversatorios, o peor aún incluyendo nuestros pedidos en las demandas colectivas. Y tal vez no necesitemos que lo hagan, sino que no se nos niegue los espacios para participar.

Lo que en el discurso de Devy no se pudo escuchar, pero que se ha sostenido con el tiempo entre mujeres y disidencias, es que somos abortistas porque defendemos la autonomía del cuerpo y de los territorios; somos brujas porque demandamos justicia en las calles y en los hogares, en los trabajos y en las escuelas; somos perras por pedir que reconozcan nuestras identidades y necesidades; defendemos las vidas disidentes, con discapacidad, conviviendo con VIH y neurodivergencias. No solamente en paro, sino todos los días que nos (re) construimos y nos acompañamos.

Afiche de la convocatoria marika y disidente para sumarse al paro nacional

El pasado sábado 25 se propuso en Quito que el Orgullo se una al paro. Se armó una convocatoria en la Universidad Central, punto de acopio y albergue para manifestantes. No llegó tanta gente. Estuvimos las amigas con quienes nos veíamos en el paro casi a diario, las amigas que nos sostienen en redes, las artistas y compañerxs que perdieron el miedo de salir a las calles. Nos tomamos los micrófonos por unos minutos, bailamos y conversamos.

Este fue el mejor orgullo del mundo, no tuvimos fiesta con entrada, fue en las calles en medio del caos, y eso me suena real. Junio es el mes de la resistencia marika.

Runa Sanabria P.

Comunicadorx comunitarix, productxr del programa Las Pornógrafxs. Maestrante de Género y Comunicación en Universidad Andina Simón Bolívar.