25 años sin justicia ni reparación: el porqué de la memoria histórica LGBTIQ+

Durante décadas, la población LGBTI fue víctima de desapariciones forzadas, torturas y violencia sistemática en Ecuador, una cruel historia sobre la cual todavía no se ha hecho justicia, a pesar de cumplirse 25 años desde que se despenalizó la homosexualidad en el país. Dos iniciativas en Quito y Guayaquil apelan a la memoria histórica como derecho para no olvidar y conseguir una reparación simbólica.

POR: GABRIELA PINASCO NÁJERA

ARTE: ANA RIVERA

Discriminación, homofobia, crímenes de odio… La población LGBTI en Ecuador todavía enfrenta el olvido de una sociedad y la impunidad de sus agresores del pasado y del presente. Hasta el 14 de noviembre se registran 23 transfemicidios y asesinatos de personas LGBT+ en lo que va del 2022, según el informe Runa Sipiy de la Asociación Silueta X. La cifra supera a la del 2021, pero no hablamos de números, sino de personas, de víctimas.

¿Por qué 25 años sin criminalización no han podido eliminar el odio y la discriminación contra esta población? La respuesta, según la fundadora de la organización de DDHH Mujer&Mujer, Lía Burbano, radica -en parte- a la falta de memoria histórica, ese derecho que implica identificar y visibilizar a las víctimas sobrevivientes. Años de desapariciones forzadas, torturas, detenciones ilegales y brutalidad policial, y sin embargo no hay culpables, tampoco hay un resarcimiento del Estado como demanda la justicia internacional en estos casos.

Este reportaje recoge dos iniciativas para crear memoria histórica sobre una población que por años ha sido despojada de sus derechos y de la noción de lo humano.

Exteriores del antiguo Tribunal de Garantías Constitucionales. | ARCHIVO DE GONZALO ABARCA

«LAS MARICAS NO OLVIDAMOS»

Cuando Andrea Alejandro Fiallos fue al velorio de su compañera trans Cassandra, encontró que su familia había botado todas sus pertenencias. “Me dio esa sanción de que nuestras vidas eran tan indignas que ni siquiera nuestros objetos valían la pena atesorar”. Desde entonces, y como no existía en el país una sistematización del proceso de despenalización de la homosexualidad, decidió darle un propósito al repositorio de objetos de personas trans que durante años había coleccionado.

Durante cinco años se ha dedicado a generar un archivo de objetos de quienes participaron en la despenalización, considerando a estos objetos como testigos de sucesos que permitan reescribir parte de la historia LGBTI+ en Ecuador. La matrioshkita de Carlita, el nacimiento de La Pelo Negro y Salvaje, los artículos de manicure de Éricka, los anillos de Samira la Única, los casetes de Samira La Picola, entre otros.

“Es importante para que nos demos cuenta de todo lo que hemos hecho y cómo se sigue repitiendo, si no hay memoria histórica pareciera que cada vez fuesen nuevas las cosas, pero no lo son, no son nuevas las opresiones, las luchas no se consiguen de la nada”.

Dos delfines bicolores flotando sobre un coral marino eran el único objeto de reminiscencia de las playas ecuatorianas que tenía ‘La Pajarito’ en Italia. Una sección del archivo cuenta el exilio al que se vieron forzadas decenas de mujeres trans que, ante la violencia y la precarización económica, tuvieron que huir del país.

“Los Hombres del Triángulo Rosa”, el libro sobre la persecución de los homosexuales en la Alemania nazi que inspiró a Purita Pelayo a escribir “Los Fantasmas se Cabrearon”, también es parte de este museo de la memoria que el 19 de agosto de 2022 fue llevado al ámbito performático, a través del proyecto de tesis de Grado de Alejandro en la Universidad de Las Artes, titulado: “Archivos Disidentes: poéticas para un teatro de objetos”.

Junto a este proyecto surgió también “Las Maricas No Olvidamos”, un espacio cooperativo para la sistematización, restauración, protección y difusión de los archivos sexo-disidentes en Ecuador, conformado por activistas, archivistas, historiadores e investigadores. Gran parte de su archivo fotográfico pertenece a Gonzalo Abarca, uno de los precursores del movimiento que logró la despenalización.

“A través de las fotos tú ves que tienen afectos, que tienen casa, que se van de viaje, que leen, que ríen, que bailan que hacen cosas como todas las otras personas y que además no son solamente cifras, son nombres, historias de vida detrás, eso es lo que nos interesa, acercarte a que puedas mirar y pensar ¿qué hubiera sido de esta persona si la hubiéramos dejado vivir?, comenta Alejandro, quien empezó en el activismo LGBTI+ desde los 15 años.

Integrantes de Coccinelle reunidas para planificar la recolección de firmas. | ARCHIVO DE GONZALO ABARCA

UN MUSEO DIGITAL DE LA HISTORIA LGBTI+

“Persecución brutal”, “Gases lacrimógenos impiden misa ‘gay’”, “Las estadísticas gays no mienten”, “Homosexuales: hay 12 denuncias de excesos”, son algunos de los titulares que conforman el archivo hemerográfico del MUME: Museo de la Memoria LGBTI+, recortes viejos de periódicos que documentan la violencia a la que fueron sometidos antes e incluso después de la despenalización.

Los encargados de este museo en línea, Gledys Macías y Andy Romero, se encargan de sistematizar varios materiales documentales en torno a la diversidad, como periódicos, volantes, revistas, fanzines y boletines, con el propósito de evitar que la sociedad borre esta sangrienta lucha por los derechos, así como los nombres de quienes fueron sus protagonistas.

La idea de crear MUME nace de una vivencia de Gledys en su vida universitaria. Durante la producción de su proyecto de titulación en Artes de la Universidad Central, buscaba nombres de compañeras trans que habían sido asesinadas y notó que la única forma de obtenerlo era a través de reportes de prensa, pues antes de la conformación de la organización Silueta X, no existía un registro oficial.

“Bien o mal estos sistemas de prensa, aunque con su nota muy escandalosa, ridiculizante y absurda, se convirtieron en unos archivos que permitieron en el caso de Coccinelle sistematizar la violencia y con ellos plantar la demanda de despenalización”, asegura Gledys, quien trabaja en la Fundación de Museos de Quito y dirige la escuela de transformismo “Transforma” en la capital.

Una gran cantidad de estos archivos provienen de Alexis Ponce y la Fundación Equidad, piezas clave en la lucha por la despenalización.

“José Miguel Moreira, quien participó en las jornadas de recolección de firmas en la Plaza Grande, apareció muerto, con las manos atadas, a orillas del Machángara el pasado 10 de septiembre”, menciona uno de los recortes de 1997, meses después de declararse inconstitucional el artículo 510.

Otro reporte de prensa del 14 de diciembre de 1997 reporta sobre las agresiones con cachazos, puñetazos y gases lacrimógenos, que sufrieron dos mujeres trans: “Les dijeron que adonde quiera que acudieran, derechos humanos o autoridades del Ministerio de Gobierno, no les importaba, porque sus vidas no valen un centavo”. Los acusados eran agentes “del orden”.

Cada semana, el MUME recuerda en su “Muro de la Memoria” el nombre de una víctima fatal de la violencia sistemática contra esta población. Además, cuentan con una serie de podcasts de entrevistas para conocer los sucesos que dejaron huella en la memoria LGBTI+.

DENUNCIA DE LESA HUMANIDAD CONTRA ECUADOR

La memoria histórica es el cúmulo de experiencias de una población. De acuerdo a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, su importancia radica en que solo con el reconocimiento del pasado se puede asumir un conjunto de lecciones aprendidas y lograr que aquello que afectó negativamente a un grupo de personas, no se repita.

La defensora de DDHH, Lía Burbano, hace hincapié en la nula reparación simbólica de las mujeres trans y hombres gais que fueron apresados, torturados y humillados. Situación alineada a la falta de voluntad política y compromiso gubernamental para erradicar la discriminación y violencia en Ecuador, pues la única vía para lograr esta transformación es la educación y poco o nada se habla en las escuelas, colegios e instituciones sobre homofobia, racismo, machismos, etc.

“Se considera el femicidio como una pandemia dijo el presidente Lasso, bueno actuemos como actuaron frente al Covid, movamos todos los recursos, movamos todo lo necesario para atender a la violencia basada en género como hicimos con el Covid. Pero no hay proyección de eso”, añade Burbano.

Actualmente hay una denuncia por delitos de lesa humanidad contra el Estado ecuatoriano, debido a la persecución de personas LGBTI+ en las décadas del 80 y 90. Fue presentada el 17 de mayo de 2019, pero el proceso avanza lentamente.

Nebraska Montenegro, actual líder de Nueva Coccinelle, junto la ONG INREDH, plantaron la demanda ante la cruel invisibilización de la sociedad ecuatoriana,no ha habido ningún detenido o sentenciado por estas muertes, las sobrevivientes estamos muriendo una a una y no hemos visto justicia, ni reparaciones”.

Gabriela Pinasco

Editora, productora y periodista especializada en Política, Democracia y Derechos Humanos. También cuento historias de las culturas del Ecuador que encuentro en viajes y que me invitan a ser parte de su comunidad. Amante de la naturaleza y madre perruna.